Un Paseo por la Catedral de Ávila
La Catedral de Ávila dedicada al Salvador se proyectó como templo y fortaleza. Ávila es la ciudad que levantó la muralla más formidable y convirtió la Catedral en un fuerte inexpugnable. Un paseo por el exterior de la Catedral deja claro el carácter militar del templo; la torre Norte a la entrada, el Cimorro en el ábside y el perímetro almenado de las cubiertas, reafirman su compromiso defensivo.
La historia de la Catedral de Ávila es controvertida, según algunos documentos el primer templo se erigió hacia el 1130. En ese mismo siglo sería derribada para dar paso al proyecto inicial, y que tras muchas reformas, ha llegado hasta nuestro días.
La dirección de las obras se atribuyen a Fruchel, probablemente de origen francés, el Maestro dotó a la catedral de una gran cabecera con girola y una corona de capillas que se incrustaba directamente en la muralla formando un magnífico torreón y uno de los principales bastiones. De aquí su marcado carácter de fortaleza.
Para la construcción de este espacio se utilizó la llamada ‘piedra sangrante’ una piedra arenisca ferruginosa procedente de las canteras de La Colilla. El óxido de hierro presente en este material ofrece una tonalidad blanca y roja muy que dan un aspecto muy llamativo.
A la muerte del maestro, las trazas originales se vieron modificadas abandonandose el proyecto románico ideado por Fruchel del que sólo se había realizado parte de la cabecera. Con la irrupción del gótico el templo pasaría a tener tres naves y en su conjunto recibiría diversas modificaciones. La de Ávila es la primera catedral de la península en la que se aplicaron las novedades constructivas del gótico.
La tercera fase de las obras pertenece a los años de apogeo del gótico, finales del siglo XIII hasta mediados del siglo XIV. Por entonces se reformó el crucero, se realizaron el claustro y las sacristías y se terminaron los muros superiores de la nave central, sustentados por arbotantes sobre gruesos contrafuertes.
Durante estas obras, impulsadas principalmente por el obispo Sancho Blázquez Dávila, también se remataron los muros con un cuerpo de ladrillo y el tejado a dos aguas que protegen las bóvedas de piedra, aunque quedó sin concluir la torre derecha de la fachada por falta de medios.
Las últimas intervenciones destacables en la catedral de Ávila corresponden a finales del siglo XV y mediados del XVI. Hacia 1470 se trasladó la portada occidental al lado norte, realizándose una nueva entrada en el espacio liberado.
Posteriormente se levantó un nuevo coro en el centro de la nave para separarlo del altar mayor y se derribó la tribuna románica existente sobre la girola para otorgar una mayor luminosidad al espacio de la cabecera.
En 1595 se comenzó la Capilla de San Segundo y se fortificó en granito el exterior de la cabecera, la parte conocida como El Cimorro.
El templo cuenta con dos accesos. Como ya se ha dicho, la Puerta Norte, también llamada de los Apóstoles, fue trasladada en 1470 pues hasta entonces se encontraba entre las dos torres a los pies del edificio, cobijada por un pórtico y adentrada un tramo hacia el interior del templo. Su traslado al tercer tramo de la nave norte lo realizó el arquitecto de ascendencia flamenca Juan Guas, que adaptó el conjunto a un espacio de menores dimensiones que el original.
En el tímpano de la portada se desarrolla el tema del Juicio Final y escenas de la Última Cena o el Lavatorio. Las jambas alojan al colegio apostólico, esculturas de tratamiento alargado en relación con la tradición gótica francesa, situadas sobre basas y bajo doseletes.
Cinco arquivoltas rematan el conjunto con escenas de la resurrección de los muertos, la condena de los pecadores o los Ancianos del Apocalipsis, mientras que dos pequeñas esculturas de San Gabriel y la Virgen se colocan en las enjutas del arco, formando el tema de La Anunciación.
Todo el conjunto está cobijado por un arco carpanel, que se decora con una crestería tardogótica con pináculos y en la que aparece el Salvador, escultura procedente del parteluz o mainel de la primitiva portada.
La Puerta Occidental no es el pórtico original. Se conforma mediante una superposición de estilos, quedando abajo el acceso ligado al tardogótico, coronado por un remate del siglo XVIII, obra del arquitecto Ceferino Enríquez de la Serna.
La portada consta de un arco de medio punto decorado con medallones y motivos florales. Sobre él se dispone un pequeño tímpano en el que aparece una escena del Martirio de San Segundo, espacio acogido por una sucesión de arquivoltas apuntadas que descansan sobre finas columnillas.
En las jambas encontramos la presencia de Gog y Magog, dos bestias labradas en granito que custodian y protegen la entrada del templo recordando al visitante que entra en un lugar sagrado.
El remate se compone de una gran balaustrada en la que aparecen las esculturas de algunos santos locales. La imagen central es la de El Salvador como advocación del templo, situado bajo el escudo catedralicio y la figura de Arcángel San Miguel.
Ya en el interior, la construcción está formada por tres naves, crucero y cabecera semicircular de doble girola, con capillas entre sus contrafuertes, flanqueado a los pies por dos torres de planta cuadrada, la de la derecha inacabada y la izquierda rematada en merlones con saeteras, cubiertas mediante bóveda de crucería. Los nervios descansan sobre semicolumnas adosadas a los pilares de separación de las naves, y refuerzo de arcos fajones apuntados.
En la diferencia de altura de las naves -siendo la central de mayor alzada- se abre un doble cuerpo de ventanas formado por paños de vidrieras, las cuales resultaron dañadas en el terremoto de Lisboa del año 1755 y tuvieron que ser repuestas posteriormente.
La Girola, del siglo XII, atribuida al ya citado maestro Fruchel, es la parte más primitiva de la catedral. Se compone de un doble deambulatorio separado por finas columnas que a su vez articulan la división de las nueve capillas semicirculares que conforman el espacio. Esta solución no es la original, sino que se adopta en el siglo XV, durante las reformas que suscitaron problemas estructurales.
Destacan en este espacio los capiteles originales de la primera etapa constructiva, con escenas de Lázaro, el rico Epulón o El Pecado Original, así como escenas de animales fantásticos.
El Coro se concibió en origen en la capilla mayor, al modo de las catedrales medievales. Sin embargo, la tradición renacentista de colocar el coro en el cuerpo de la nave lleva al cabildo a sustituir el original, del siglo XIV, por uno nuevo cuya sillería, tallada en madera de nogal, se comienza en 1536. La rejería que cierra el conjunto fue colocada en el año 1760.
El Trascoro, realizado por Lucas Giraldo y Juan Rodríguez, es una obra caliza de grandes dimensiones. Se divide en tres calles mediante pilastras decoradas a candelieri entre las que aparecen, de izquierda a derecha, los altorrelieves de La presentación en el Templo, La Adoración de los Reyes y La matanza de los Inocentes.
A lo largo de los siglos se han ido construyendo diversas capillas como la de San Segundo y Los Velada en el siglo XVI. Otra obra importante de Juan Rodríguez en colaboración con Lucas Giraldo es el Altar de Santa Catalina.
El Retablo del Altar mayor lo comienza Pedro Berruguete en 1499, dando las trazas generales y realizando el cuerpo inferior o predela, en la que representa a los cuatro doctores de la Iglesia y a los evangelistas. De Berruguete también son las dos tablas de la parte superior izquierda, en las que se inicia el Ciclo de la Pasión de Cristo, siendo estas las de la Oración en el Huerto y la Flagelación.
Al morir en 1503, el maestro había comenzado también las tablas de La Anunciación y la central de la Crucifixión, terminada por Santa Cruz. Finalmente termina el retablo Juan de Borgoña.
La construcción del Claustro se inicia en el siglo XIV en estilo gótico y rematado en el siglo XVI por una crestería renacentista de granito, realizada por los maestros Mateo, Pedro de Viñegra y Vasco de la Zarza.
En el interior presenta cubierta de bóvedas de crucería y se abre al patio mediante grandes ventanales propios del gótico, pero que en su mayor parte son resultado de las restauraciones llevadas a cabo en 1980. Al claustro se abren tres capillas; la Capilla de las Cuevas, la Capilla de la Virgen, llamada La Mayor y la Capilla del Crucifijo.
La catedral de Ávila fue declarada Monumento Histórico Artístico el 31 de octubre de 1914.
VISITAS CATETRAL DE ÁVILA
Iniciada en el siglo XII sobre una base románica, la Catedral de San Salvador se erige como el principal templo de Ávila; la primera Catedral gótica de España. Entre los muros de la inmensa mole de piedra que la conforman se encuentran numerosas obras de arte, destacando el acusado carácter medieval de su trazado y la valía histórica de las obras que se hayan en su interior. Horarios y Tarifas»
Fuente: Catedral de Ávila
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